En julio de 2008, Steve Jobs presentó la App Store de Apple, un hito en la historia de la tecnología que revolucionó la forma en que los usuarios acceden y descargan aplicaciones en sus dispositivos móviles. Sin embargo, la creación de la App Store representó una contradicción frente a la visión inicial de Jobs, que buscaba mantener un control absoluto sobre cada uno de los productos de la compañía y evitar la presencia de aplicaciones no autorizadas que pudieran afectar la calidad de los dispositivos.
Este cambio de enfoque nos lleva a reflexionar sobre el concepto de “costo de oportunidad”, término acuñado por el economista austriaco Friedrich von Wieser en su libro “Teoría de la Economía Social”. En términos simples, el costo de oportunidad se refiere al valor de la mejor alternativa a la que renunciamos al elegir una opción determinada.
En el caso de Apple, al abrir la App Store a desarrolladores externos, la compañía renunció a su control absoluto sobre los productos que ofrecía y asumió el riesgo de que aplicaciones no autorizadas pudieran contaminar la calidad de sus dispositivos. Sin embargo, la apertura a terceros también permitió a Apple acceder a una amplia gama de aplicaciones innovadoras que mejoraron la experiencia de usuario y aumentaron la lealtad a la marca.
El éxito de la App Store también es un ejemplo de crowdsourcing, es decir, la práctica de obtener soluciones a problemas complejos a través de la contribución de un grupo de personas externas a la organización. La apertura de Apple a los desarrolladores externos permitió a la compañía acceder a una enorme cantidad de talento y creatividad que se tradujo en una oferta de aplicaciones más amplia y diversa.
En resumen, la apertura de la App Store de Apple a desarrolladores externos fue un gran cambio en la estrategia de la compañía y un ejemplo del costo de oportunidad. Al renunciar a su control absoluto sobre sus productos, Apple asumió el riesgo de que las aplicaciones no autorizadas afectaran su marca, pero también abrió la puerta a una amplia gama de aplicaciones innovadoras que mejoraron la experiencia del usuario y aumentaron la fidelidad a la marca. Además, la apertura a terceros también es un ejemplo de crowdsourcing, una práctica cada vez más utilizada por las empresas para obtener soluciones innovadoras y efectivas a problemas complejos.